Igüeña

Camino Olvidado

To end of camino
64.3
Altitude
908

Colinas del Campo de Martín Moro

6.90

Igüeña

6.90

Quintana de Fuseros

Services
Bar
Yes
The Road

Día 19. De Igüeña a Labaniego (19 km)

La caminata por la montaña ha terminado oficialmente, pero recuerdo algunos senderos agradables a través de bosques de tala y terreno agradable en general. Bonitas vistas, bonitos senderos. Las colinas del Bierzo están a tu izquierda y hay viñedos y otras producciones agrícolas.

A unos 7 kms más allá de Igüeña está el pequeño pueblo de Quintana Fuseros. En mi primer Olvidado, llegué demasiado pronto desde Fasgar para detenerme en Igüeña y decidí seguir caminando. Cuando llegué a Quintana Fuseros y entré en el bar, el dueño del bar hizo una llamada y el alcalde bajó a recibirme. Tras darme la bienvenida al pueblo e invitarme a una copa, procedió a llamar al dueño de la casa rural. Hizo que un vecino abriera la casa y me dejó el mando del lugar. Me pidió que dejara 20€ sobre la mesa. No es un pueblo muy bonito, pero la gente es maravillosa. La casa estaba limpia, era moderna, con duchas de agua caliente y una buena cocina. Pero lleva comida porque no hay nada en el pueblo.

Después de Quintana Fuseros, según vas ascendiendo hacia un bosque, verás un crucifijo roto. La Cruz Cercenada representa la cruz que fue rota por la espada de Almanzor durante una batalla del siglo X en la zona. Creo que la idea es convertirla en algo parecido a la Cruz de Fierro, pero no vi ninguna prueba de ello.

Otros 12 kms y estás en Labaniego. Nunca me he alojado aquí, pero la guía de Ender indica que hay "acogida de peregrinos". Este término significa que encontrarás un lugar donde dormir, pero sin garantías sobre cama o duchas o agua caliente. Labaniego también tiene varias casas rurales, y un par de ellas se ofrecen en booking.com. Es un lugar pequeño, varias casas bien restauradas, pero sin servicios de ningún tipo que pueda ver en google. Así que yo me aseguraría de llevar comida.

Si puedes caminar 5 kms más, hay un pequeño Hostal/Bar en Losada. En mi último paseo por allí, era un día terriblemente lluvioso. Disfruté mucho de una larga parada y dos cafés con leche calientes. Gente maravillosa. Puedes saber mucho del carácter de una persona por su reacción ante la entrada de un peregrino empapado. Hospitalidad total, ¡sin preocuparse por los charcos!

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